La pobreza es una de las más graves manifestaciones de violencia social, aquella que niega la igualdad de oportunidades y el desarrollo a millones de personas. Violencia de carácter estructural tras la que se encuentran los poderes políticos, económicos y mediáticos que buscan recrear un modelo social injusto.
Un poder no visible que se ejerce desde altas tarimas, lugares, donde los más poderosos, perfectamente organizados en formas de entidades y grupos de presión, alimentan prejuicios y el rechazo de todas aquellas/os que no desean someterse a sus mandatos y patrones vivenciales.
Los estereotipos, el sexismo, la xenofobia, el racismo junto con otros fenómenos discriminatorios, despojan de derechos a todos/as que no ajusten sus creencias, valores, pensamientos y comportamientos al pensamiento único que, como un virus, se propaga a escala global.
Nadie está a salvo de la violencia estructural y el riesgo de caer en la pobreza, las derivas ideológicas e intereses de unos pocos, condicionan la economía, la política, la cultura y los hechos sociales. Los medios propagandistas afines, vomitan desinformación y graves falsedades que arrastran a multitudes. Estas, atrapadas por un huracán invisible, se dejan llevar e inconscientemente, lo alimentan.
Violencia enmascarada en buenísimo paternalista, pero que articula modelos sociales arbitrarios, generadores de pobreza y exclusión. Violencia emanada de las administraciones, instituciones y grupos que, contamina a todos los contextos humanos.
La violencia estructural agrede la dignidad no solo de las personas más vulnerables, todas/os estamos expuestos a ella, pues su promotores, omiten y justifican los recortes en gasto social, en sanidad, en educación. No es gratuita, tiene como objetivo perpetuar lo preestablecido por los que se consideran amos del mundo.
Debemos sentirnos responsables, hacerla visible y combatirla. Promocionar y participar en acciones de responsabilidad social comunitaria. Criticar y denunciar los fenómenos discriminatorios y a sus promotores, participar como activistas en la defensa de los Derechos Humanos y de un planeta más justo y equilibrado.
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