En España, durante el siglo XIX y hasta la Guerra Civil (1936), la acción solidaria se caracterizaba por su marcada orientación benéfico-asistencial. Las intervenciones estaban destinadas a la atención de los pobres de solemnidad y a los más menesterosos. Después de esos años, el voluntariado presenta algunas características diferenciales respecto a los países del contexto europeo, una especificidad que tiene mucho que ver con el largo periodo dictatorial del régimen Franquista.
Mientras que en la esfera europea y tras la Segunda Guerra Mundial se desarrolla el Estado de Bienestar, en España, la organización ciudadana está muy restringida, solo algunas instituciones vinculadas con la Iglesia Católica (especialmente Caritas, centros hospitalarios y otros asistenciales), y la Cruz Roja (por su carácter auxiliar de los poderes y cierta estructura paramilitar), gozan del favor del régimen.
En el año 1964, con la promulgación de la Ley de Asociaciones unido al desarrollismo económico, se experimenta en el país un incremento del movimiento voluntario, especialmente de carácter privado y en pro de intereses muy específicos y controlados.

Durante esa década, el Estado desarrolla nuevas políticas de asistencia social y expande sus servicios central y periféricamente. Las organizaciones de carácter sociosanitarias cercanas al régimen franquista, se van debilitando y muchas de ellas, pasan a depender de las distintas administraciones del Estado. Las organizaciones vinculadas a la Iglesia, se adaptan a estos cambios y pronto formalizan acuerdos con las nuevas administraciones para seguir contando con fuentes de financiación estables.
La acción voluntaria que hasta esas fechas se ajustaba a un claro enfoque reparador, se va reorientando hacia un modelo funcional de amortiguación social.
Desde entonces, el movimiento voluntario adopta diferentes formas de carácter benéfico, caritativo, filantrópico y asistencial. Las personas que militan en las organizaciones existentes apenas cuentan con formación, carencias que se suplen con fuertes cargas motivacionales, abnegación y generosidad.
Finalizada la Dictatura Franquista, se aprueba la Ley para la Reforma Política de 1977 y a partir de ella, distintas reformas e iniciativas conducen finalmente a una España democrática.
La Ley 6/1996 del Voluntariado, regula primera vez la organización de las actividades voluntarias. Organizaciones como Cruz Roja Española y otras que operaban durante el periodo dictatorial, deben adaptar sus Estatutos y Reglamentos a funcionamientos democráticos.
En 2015, al amparo del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo para el desarrollo del voluntariado humanitario (2014), se aprueba la Ley 45/2015 de Voluntariado, lo que da pie a que las distintas Comunidades autónomas, desarrollen normas específicas en sus distintos ámbitos competenciales.
Desde entonces se ha avanzado mucho, y hoy, es muy difícil cuantificar el número de organizaciones no lucrativas que operan en España (se estima que más de 27.000), no obstante, son muchos y variados los desafíos a los que se enfrentan, especialmente la creciente diversificación de su cartera de acciones y servicios.
Las nuevas necesidades sociales, la internacionalización de sus actividades (muchas operan a nivel global), la fragilidad de los servicios públicos sociales en sus propios países de origen, y otros elementos de carácter coyuntural y estructural, han reorientado sus estructuras orgánicas y directivas y mayores necesidades financieras.
Lo anterior, ha conformado un modelo de organización que, en numerosas ocasiones, dado el elevado número de personal renumerado y cooperante (más de 550.000 personas contratadas), la necesidad de fuertes inversiones en recursos operativos, el mantenimiento de sus infraestructuras entre otros, dificulta en muchos casos diferenciarlas de las corporaciones empresariales, más teniendo en cuenta los salarios medios de sus directivos (que oscilan entre los 80.000 euros de sus máximos responsables, hasta los más de 50.000 euros de las distintas jefaturas).
Las grandes organizaciones no suelen ofrecer información a este respecto, se amparan en la Ley de Ordenación y Protección de Datos Personales, pero, basta ojear con atención sus memorias económicas, especialmente los gastos referidos en el capítulo 1 (no son accesibles en la mayoría de los casos) para darse cuenta de sus magnitudes. Aunque este asunto provoca cierta polémica, quizás sería importante abordar más profundamenre..

Tengamos presente que este sector, representa más del 1,40 % del PIB en España (casi 16.000 millones de euros) del que las tres entidades de tipología singular: Cáritas, Cruz Roja Española y la ONCE participan en más del 18% del total.
En la imagen, tenéis la distribución de las organizaciones que operan en España en función de su campo de acción:
Es importante destacar que las nuevas estructuras sociales, cada vez más diversas, requieren de intervenciones más específicas, no obstante, nos encontramos que el concepto de diversidad muy en boga en los discursos políticos y medios de comunicación, es en muchas ONLs una abstracción intelectual pues una mayoría, opera (con cierta rigidez), de conformidad con la misión y visión social fundacional y ello, dificulta la adaptación de sus estrategias funcionales a las nuevas demandas de los mercados humanitarios.
He observado en muchas de ellas, ciertas dificultades para formular un marco de acción funcional entorno al concepto más amplio de diversidad, sus directivos entienden este, como como un fin es si mismo, y no tanto como un instrumento generador de nuevos procesos y pensamientos multidimensionales.
La diversidad si se entiende como un valor añadido, considera a cada persona como un ser único y diferente en todos los niveles, y las intervenciones se articulan atendiendo a esta fenomenología, respetando por lo tanto, las singularidad de la persona y los grupos.
Cuidaros!!
Bibliografía:
El Tercer Sector de Acción Social en España 2021: Respuesta y resiliencia durante la pandemia Disponible en: https://www.plataformaong.org/ARCHIVO/documentos/biblioteca/1644580843_estudio-2021-informe-completo_digital.pdf
Olabuenaga, J. I. R. (2005). El tercer sector español y sus campos de actuación. Revista española del tercer sector, (1), 135-162. Disponible en: file:///C:/Users/Jose/AppData/Local/Temp/MicrosoftEdgeDownloads/0c5a32b8-10f2-4cd4-bb34-14588e982f1a/%C3%81gora-ElTercerSectorEspanolYSusCamposDeActuacion-2359340%20(1).pdf
Salamon, L., Anheier, H., List, R., Toepler, S., & Sokolowski, S. W. (1999). La sociedad civil global: las dimensiones del sector no lucrativo. Madrid: BBVA.Ley 5/2011 de 29 de marzo de Economía Social. Disponible en: https://www.researchgate.net/profile/Lester-Salamon-3/publication/31727531_La_sociedad_civil_global_las_dimensiones_del_sector_no_lucrativo_proyecto_de_estudio_comparativo_del_sector_no_lucrativo_de_la_Universidad_Johns_Hopkins_LM_Salamon_et_al/links/550214050cf2d60c0e62996b/La-sociedad-civil-global-las-dimensiones-del-sector-no-lucrativo-proyecto-de-estudio-comparativo-del-sector-no-lucrativo-de-la-Universidad-Johns-Hopkins-LM-Salamon-et-al.pdf
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