En el post: “Trabajar el estrés en Educación social” escribí sobre la importancia de trabajar los estados ansiosos antes de iniciar nuestra intervención socioeducativa. En ella, esbocé los pormenores de un caso que nos llego a la consulta y, la terapia reparadora que aplicamos. ¿Recordáis?, Inoculación de Estrés de Meichenbaum.
Pero antes, fue necesario evaluar la sintomatología ansiosa de esa persona,(tipología, origen, sistemas afectados, etc.).
¿Cómo lo hacemos?
Bien, lo primero es posicionarnos respecto definición semántica. Considerad que existen numerosas teorías que describen la ansiedad y si no tenemos claro de donde partimos, nuestra intervención será un tanto errática. Si tenéis tiempo, podéis consultar la numerosa literatura que encontraréis en las Bases de Datos Universitarias o en Google Academy. No obstante, como marco de referencia, el estudio: La naturaleza y la medida de la ansiedad, os puede ser esclarecedor.
Kelly (1965), en su teoría del constructo personal, considera que la ansiedad es el reconocimiento de que los eventos a los que nos enfrentamos, se encuentran
fuera del rango del sistema de constructos propios. (p.57), es decir, la ansiedad se produce cuando las experiencias pasadas y nuestro propio entendimiento, nos resultan irreconocibles y por lo tanto, nos superan. Esta situación es puntualmente discordante y puede derivar a un cambio de constructo.
Pero, para no complicarnos, la práctica totalidad de las definiciones de ansiedad, se acercan al concepto de Papalia (1994):
“Estado caracterizado por sentimientos de incertidumbre, sensación de indefensión, alteración emocional y otros que son interpretados como una amenaza”.
Debéis saber que en el estado ansioso, pueden participar los sistemas cognitivos, fisiológicos y motores, por esta razón, la ansiedad puede causar sensación de miedo, indefensión, confusión, alteraciones motoras y otras sintomatologías especialmente negativas y desagradables (Seas, 2003).
La Teoría Tridimensional de la Ansiedad propuesta por Lang (1968), integra múltiples variables de respuesta que emanan de los sistemas humanos (triple sistema):
- Cognitivas.
- Fisiológicas.
- Conductuales.
Con la propuesta de Lang, la evaluación del estado ansioso debería realizarse con una visión tridimensional (cognitiva, fisiológica y conductual), teniendo presente que las exteriorizaciones de las sintomatologías ansiosas, pueden ser discordantes.
Han pasado muchos años desde que Lang formuló su teoría, pero hoy sigue siendo válida, y es aplicada con frecuencia en la medición del rendimiento académico y otras relacionadas con la salud física y psicosocial.
Bien, una vez posicionados, necesitamos instrumentos que nos permitan diagnosticar la presencia del trastorno ansioso.
Contamos con el manual DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) de la APA. Su última versión es la número 5. En esta guía se describen diferentes patologías mentales y si echamos un vistazo en su sección 301, observaremos descritas todas las patologías relacionadas con el Trastorno de ansiedad y como para su diagnostico, es necesaria la implicación de al menos, 3 respuestas de los sistemas: Subjetivo-cognitivo, Fisiológico-somático y Motor-conductual, muy en sintonía con el constructo propuesto por Lang.
También disponemos del CIE 10 (Clasificación Internacional de Enfermedades), en la sección F41 tenéis descritos los Trastornos de ansiedad.
El cuestionario STAI evalúa dos conceptos independientes de la ansiedad:
- La ansiedad como Estado (A/E): Situación emocional transitoria, que se caracteriza por sentimientos subjetivos percibidos conscientemente (alteración de la atención, hiperactividad, etc.).
- La ansiedad como RASGO (A/R): Indica cierta propensión ansiosa relativamente estable y, caracterizada por la percepción de las distintas situaciones como amenazantes.
Existen otros instrumentos mas complejos, pero como os dije en el post al que os he redirigido al principio, no somos psicólogas/os, y por ello, debemos dejarlo en las manos de los profesionales especialistas.
Caso de Esther.
Junto con mi compañera (psicóloga), deseamos evaluar el grado de ansiedad de Esther (nombre ficticio), estudiante universitaria que nos ha solicitado ayuda.
Esther se encuentra en época de exámenes y está bastante perdida. Piensa que va a fracasar en sus estudios y medita abandonar.
Sus rasgos de personalidad son un tanto especiales, tiene un carácter difícil, suele enfadarse con frecuencia sin aparentes motivos, apenas tiene amigas/os (según comenta no hay nadie que la aguante, solo su pareja). Desde hace unos meses ha vuelto a fumar y consume mucho alcohol. Nos comenta que no sabe como afrontar la situación, no tiene respuestas, apenas descansa y cree que su vida no tiene sentido.
Como sabéis, la época de exámenes, es ya por si estresante, pero solo en casos muy graves, el peso de la ansiedad afecta severamente al rendimiento académico y en determinadas circunstancias, puede alterar el estado psico-emocional.
Si consideramos el historial de Esther, y atendemos a la teoría tridimensional de Lang, observamos como su estilo de vida aporta información muy valiosa que nos puede orientar respecto al origen de su trastorno ansioso. Pero en este caso, también deberíamos apreciar sus rasgos de personalidad pues, algunos estudios los relacionan con la presencia de cuadros ansiosos (Bauermeister, 1989).
Para Burns (1981), el componente cognitivo de autoconcepto, (conjunto de percepciones, ideas u opiniones que la persona tiene de sí misma), correlaciona con la autoestima dado que es un importante componente emocional evaluativo. Pensad que la autoestima tiene un carácter valorativo, (responde a sentimientos favorables o desfavorables que apreciamos en nosotros mismas/os).
Otras investigaciones, han observado una mayor presencia de síntomas ansiosos en mujeres que en hombres (2 a 1), que se van incrementando con la edad. (M>H). Ávila-Toscano, J. H., Pacheco, S. L. H., González, D. P., & Polo, A. C. (2011).
Además de todo lo anterior, existen evidencias claras de la estrecha relación positiva de la ansiedad con el tabaquismo y el consumo de alcohol.
Lo anterior apunta a que el trastorno de ansiedad que sufre Esther, tiene su origen en variables múltiples y no necesariamente relacionado con los exámenes, pero como somos profesionales competentes, debemos cerciorarnos pues, distintos estudios apuntan que la ansiedad presente en los/as estudiantes, tiene su origen en épocas de exámenes (Hernández 2005).
Vamos a utilizar un cuestionario denominado CAEX (Evaluación de ansiedad ante exámenes).
En la década de los años cincuenta Mandler y Sarason (1952), (Universidad de Yale), realizaron las primeras investigaciones sistemáticas de los problemas de Ansiedad ante los Exámenes, es cierto, desde entonces se ha avanzado en este campo, pero sus bases empíricas no han cambiado mucho.
Existen múltiples versiones de este tipo de cuestionarios que en base de sus objetivos y alcance, serán más o menos complejos. Os recomiendo acceder a esta publicación: Evaluación de ansiedad ante exámenes: datos de aplicación y fiabilidad de un cuestionario CAEX, del Catedrático de la Universidad de Málaga D. Luis Valero Aguayo, en ella podéis observar un estudio realizado con el cuestionario.
Pero, si tenemos los conocimientos necesarios, podemos construir nuestro propio cuestionario. Aquí tenéis una muestra básica:
Bueno, en definitiva, la patología ansiosa de Esther estaba relacionada con la fuerte tensión psicoemocional que le provocaban sus estudios universitarios, también intervenían otras variables más complejas (problemas familiares y de pareja, económicos y rasgos de personalidad), pero tras unos meses de tratamiento psicológico y posterior acompañamiento socioeducativo pudo recuperarse y continuar con sus estudios.
De nuevo, este un ejemplo de colaboración multidisciplinar.
Cuidaros!!!
Bibliografía
Ávila-Toscano, J. H., Pacheco, S. L. H., González, D. P., & Polo, A. C. (2011). Relación entre ansiedad ante los exámenes, tipos de pruebas y rendimiento académico en estudiantes universitarios. Psicogente, 14(26), 255-268.
BAUSEDA, E. (1995). Ansiedad ante los exámenes: evaluación e intervención psicopedagógica. Educere vol 9 nº pp553-558.
Cattell, R. B. (1983). La naturaleza y medida de la ansiedad. Estudios de Psicología, 4(16), 47-59.
Hernández, J. Á., Parra, J. M. A., & Segura, S. (2011). El estrés ante los exámenes en los estudiantes universitarios: Propuesta de intervención. International Journal of evelopmental and Educational Psychology: INFAD. Revista de Psicología, 2(1), 55-63.
Hernández, J.M., Pozo, C. y Polo, A. (1983, 1994). Ansiedad ante los exámenes: Un programa para su afrontamiento de forma eficaz. Valencia: Promolibro.
Ospina-Ospina, F. D. C., Hinestrosa-Upegui, M. F., Paredes, M. C., Guzmán, Y., & Granados, C. (2011). Síntomas de ansiedad y depresión en adolescentes escolarizados de 10 a 17 años en Chía, Colombia. Revista de salud pública, 13, 908-920.
PAPALIA, D. E. (1994). Psicología. Madrid: Ed. Mac Graw-Hill.
Sierra, J. C. (2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos. Revista Subjetividades, 3(1), 10-59.
Aguayo, L. V. (1999). Evaluación de ansiedad ante exámenes: Datos de aplicación y fiabilidad de un cuestionario CAEX. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 15(2), 223-231.
Deja una respuesta