Continuación del post: Relaciones de pareja, coparentalidad y adaptación de los hijos
Tiempo atrás, me solicitaron un informe sociodemográfico de una familia con una hija en adopción de 11 años de edad (la llamaré Esther) y dos hijos mas de 14 y 16 años. Se desea conocer el grado de adaptación familiar y el estilo de crianza de los padres adoptivos.
Para el estudio utilicé los siguientes instrumentos:
- Cuestionarios sobre prácticas de crianza que cumplimentan todas las integrantes de la unidad familiar (madre, padre e hija).
- Cuestionarios sobre los problemas de conductas a responder por la madre y el padre adoptivos.
- Cuestionario de conflictos entre los padres según el adolescente.
- Entrevistas a todos los integrantes de la unidad familiar.
En mi primera visita, observé un entorno familiar agradable, buena relación entre los conyugues, ambiente respetuoso y muy amigable y buena competencia socioafectiva.
Esther, presentaba algunos trastornos somáticos (internalizantes) consecuencia procesos clínicos que arrastraba; alergia alimentaria, dermatitis y asma (patologías de carácter leve y tratadas por su pediatra). No observé problemáticas externalizantes.
En las entrevistas, la madre adoptiva define a su hija como algo nerviosa (el padre no lo significa), pero ambos destacan su buen comportamiento y sociabilidad.
Esther, manifiesta sentirse protegida, no observo desapego, mantiene una buena relación comunicativa tanto con la madre como con el padre. No se aprecian carencias socioafectivas. Recibe los cuidados y atenciones necesarias.
Tanto en las entrevistas como en las encuestas, se aprecia un vínculo más estrecho de la madre, ella observa detalles y comportamientos que el padre no aprecia, esto indica que la madre es más estricta exigente respecto a algunas conductas siempre relacionadas con tareas del hogar y el colegio y ejerce un mayor control, además de cierta manipulación psicológica.

Los asuntos que trata con su madre son de carácter personal y moral, con su padre en cambio, se abordan asuntos relacionados con aspectos más funcionales.
Lo anterior, confirma las hipótesis respecto al tipo de relación diferenciado de los hijos con sus progenitores.
Independientemente de lo anterior, en los datos no se aprecian discrepancias en el modelo de crianza. El padre es un poco más tolerante pero no negligente, en general se aprecia una buena sintonía familiar.
En conducta agresiva, la madre le suma 4 puntos en el cuestionario, pues según ella, es desobediente (el padre también coincide en este punto), fanfarronea, discute, exige mucha atención. De lo anterior, no se puede desprender que tiene problemas de conducta. Los conflictos en la pareja son poco frecuentes y menores, por lo que no afectan al menor. Ambos conyugues recurren al razonamiento y al aprendizaje guiado como estilos educativos de base. Sus puntuaciones son altas en este nivel.
No se aprecia excesiva protección parental.
Conclusiones.
La percepción emocional de Esther es claramente positiva, su desarrollo emocional e identitario satisfactorio. La conducta es competente, no presenta ningún rasgo que indique afectación cognitiva o inadaptación social. Está adecuadamente integrada en el contexto familiar y comunitario, práctica deporte (voleibol y tenis). Se relaciona adecuadamente. Tiene buen rendimiento escolar, cuenta con amigos, no tiene conductas violentas.
El modelo de crianza de esta familia es autorizado/democrático, los posibles conflictos entre conyugues, se resuelven mediante el dialogo, no se perciben conductas violentas como pautas de relación con su hija/os.
El estilo interactivo y el excelente desarrollo socioafectivo desarrollado por estos padres confirman los estudios que evidencian que los hijos de padres receptivos y afectuosos obtienen rasgos emocionales competentes, mejores habilidades sociales, menor estrés somático y poco riesgo de rechazo grupal. Además de un mejor rendimiento escolar.
Para finalizar el tema:
Observareis en este ejemplo que se confirman las tesis de las investigaciones que os he esbozado en los anteriores post, especialmente las desarrolladas por Baumrind y Maccoby y Martin .
Los estilos educativos se relacionan directamente con dimensiones y combinaciones de:
- Control/exigencia (establecimiento de límites y regulación parental).
- Aceptación/receptividad (sensibilidad y amor hacia el niño/a) .
Ambas producen efectos específicos en la crianza de los hijos.
Por si os sirve de ayuda, os subo las tablas más significativas de la intervención.

La tabla muestra discrepancias (no muy significativas). La discrepancia mayor se sitúa en la presión emocional (manipulación psicológica) 0,5 puntos superior en la madre. Si nos vamos a las percepciones que ambos tienen respecto a la crianza de su pareja:
- Protección / afectividad: 0,5 puntos.
- Control: 0,5 puntos.
- Presión emocional: 0,5 puntos.
Esther puntúa por igual a ambos padres, por lo que no es posible extraer conclusiones definitivas, salvo que probamente, percibe un mismo grado de presión por parte de sus padres, o no quiso destacar a ninguno.

A las preguntas de si observa discusiones o peleas entre sus padres, responde falso en todas, no obstante en los ítems de control si se aprecia que percibe algunas discusiones de los padres, pero que son resueltas rápida y pacíficamente.
No considera que estas discusiones están relacionadas con su conducta por lo que no media entre ambos. Tiene alguna ligera inquietud ante estas situaciones, pero no se siente amenazada. No presenta efectos internalizantes ni externalizantes.
Tablas de resultados de la percepción de competencia socioafectiva de la hija (según la madre/padre).

Recordad, McHale et al (2002), en sus estudios sobre las figuras parentales como equipos de crianza, describen de tres patrones de relación parental con efectos en las hijas/os:
- Estilo hostil relacionado con la agresión.
- El estilo discrepante con apego inseguro.
- El estilo cooperativo con la buena adaptación social.
Cuidaros!
6.- BIBLIOGRAFÍA.
Cuervo Martínez, Á. (2010). Pautas de crianza y desarrollo socioafectivo en la infancia. Diversitas: Perspectivas en psicología, 6(1).
Duarte, J. C., & Cortés, D. C. (2014). Desarrollo socioafectivo y de la personalidad. Alianza Editorial.
Tur, A. M., Mestre Escrivá, M. V., & Barrio, M. V. D. (2004). Los problemas de conducta exteriorizados e interiorizados en la adolescencia: relaciones con los hábitos de crianza y con el temperamento.Conclusiones.
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