En las sociedades occidentales el envejecimiento de la población es consecuencia del descenso de la natalidad. Este fenómeno relativamente nuevo en nuestra reciente historia está siendo estudiado con interés dado los importantes impactos socioeconómicos, laborales que se preeven.
España es uno de los países más afectados del mundo, los últimos estudios realizados nos muestran un ascenso de la población mayor de 64 años con previsiones al alza en las próximas décadas.
El INE en su informe de 1 de enero de 2014, realiza una proyección de la población española para las próximas décadas en el que avisa que de mantenerse la actual tendencia demográfica, el porcentaje de personas mayores de 64 años pasaría del 18,1 actual al 38,7% en el año 2064.
Por otro lado se consolida la tendencia negativa de crecimiento demográfico. España perdería más de 5,6 millones de habitantes; el 12,1% en los próximos 50 años.
Las personas de más edad son un importante colectivo social en nuestro país. Mas de 8.400.000 mayores de 65 años pone de manifiesto su peso en la articulación sociocomunitaria.
Dado que este segmento poblacional cobrará mayor significancia en el futuro, todas las intervenciones que atiendan sus necesidades y demandas son relevantes.
En los últimos años, abunda la proliferación de iniciativas destinadas a estos colectivos, intervenciones que procuran reducir el deterioro cognitivo mediante el incremento de la actividad física y lúdica. Múltiples y variadas acciones centradas -en su mayoría- en la promoción de las potencialidades creativas y motivacionales. Recientes investigaciones, destacan la efectividad de estos programas en el incremento de la independencia física y apuntan cierto freno en el deterioro cognitivo (Carrascal y Solera, 2014). Estos programas, se articulan en función de los determinantes paradigmáticos de cada disciplina profesional, por lo que sus metodologías, objetivos, recursos y herramientas son muy variados y se adaptan a sus criterios funcionales.
Acciones de aprendizaje.
Con frecuencia el fracaso de algunas de las iniciativas de aprendizaje destinadas a mayores se atribuye a la falta de interés y la dificultad para la asimilación de nuevos conocimientos. Podemos observar cómo proyectos de intervención educacionales con importantes asignaciones económicas no cuentan con un número suficiente de personas matriculadas o tienen un alto índice de abandono prematuro.
La hipotética falta de intencionalidad de aprendizaje del mayor, es cuanto menos un argumento débil pues al realizar la evaluación de algunos proyectos de intervención, observamos como en ocasiones falta de entusiasmo por parte de los docentes y cierto desajuste intencional, propio de graves errores metodológicos.
Es cierto que sin interés no existe motivación para el aprendizaje, pero no es menos cierto que el diseño de intervenciones no ajustadas a las necesidades y expectativas del mayor, inciden desfavorablemente en su efectividad.
Según Pavón, 2003, Barroso et al., (2002), con independencia de los diferentes perfiles profesionales que intervienen en el proceso educacional, es necesario considerar algunos principios:
- El aprendizaje del adulto debe estar orientado a la realidad cotidiana y basado en el análisis de la experiencia aportada.
- La metodología debe ajustarse a acciones motivadoras como; el descubrimiento de necesidades que pueden ser resueltas mediante el propio proceso de aprendizaje.
- Se deben tener en cuenta las peculiaridades individuales relativas al momento de desarrollo personal.
- Debe existir una relación entre los conocimientos previos y los nuevos.
Desde una perspectiva socioeducativa, la interacción de los elementos de interés de la persona mayor con los nuevos conocimientos adquiridos, es especialmente útil como agente motivador.
Educación social herramienta socioeducativa.
Las propuestas de la Educación social dado su carácter pedagógico sociocrítico, rechazan los prejuicios que asocian la vejez con la incapacidad de aprendizaje por lo que traza espacios motivacionales favorecedores del desarrollo integral de las personas mayores, mejorando su salud y las capacidades psicológicas y físicas. Pinto et al., (2009).
Participa y otorga el protagonismo al adulto en su propio proceso de construcción y renovación (Yuni & Urbano, 2005).
El concepto de educación durante toda la vida es esencial pues permite flexibilizar y adaptar los procesos de aprendizaje a las necesidades, intereses y apetencias de los adultos. Las intervenciones de la Educación social, poseen una alta carga motivacional, favorecedoras de la participación y de la construcción de espacios de encuentro intergeneracionales.
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