La escuela, tiene un papel relevante para sostenimiento del actual statu quo de un sistema social en el que prevalecen los intereses de las elites. La igualdad de oportunidades sobre el que se asienta el liberalismo es una concepción teórica que tiene una difícil plasmación práctica.
Los políticos postulantes al poder lanzan propuestas de reformas educativas que garanticen el acceso en igualdad de oportunidades al sistema educativo de todos los segmentos poblacionales con independencia de su nivel inicial de partida. Para la reducción del peldaño diferencial de partida F. Dubet (2011), se proponen medidas económicas que no se cuantifican y -según mi juicio-, no desarticulan el principal problema que imposibilita la igualdad de oportunidades.
Podemos percatarnos sin mucha dificultad como las principales organizaciones políticas mantienen -en algunos casos con contradicciones ideológicas-, los postulados neoliberales sobre los que se sostienen los centros educativos.
Si buen es cierto que hasta el nivel de enseñanza media está garantizada cierta igualdad de acceso (a los centros de mayor prestigio solo acceden las elites), observamos como ha partir de ahí, el escalón de partida es en muchos casos un obstáculo insalvable.
Los pilares sobre los que se asientan las actuales estructuras sociales y distribución del poder junto a los intereses de las élites dominantes perpetúan la desigualdad, imposibilitan la articulación de acciones que desmantelen los desequilibrios sociales. Los postulados “progresistas”, se van diluyendo en un marasmo de contradicciones que confunden a la ciudadanía. Las propuestas sustentadas en paradigmas más sociales, son incapaces de embridar soluciones. Replican en muchos de aspectos, los errores del neoliberalismo.
Tengamos presente que las “familias” políticas», son esferas cerradas, opacas y elitistas que en su mayoría se suceden como ocurre en la aristocracia.
Las políticas educativas deben trabajar por asegurar una mejor redistribución de los recursos, propiciar las condiciones sociales que garanticen el acceso en igualdad de condiciones y oportunidades de todas y todos. La pedagogía debe apartarse de los postulados instructivos -visión utilitaria del ser humano,, apostando por la conformación de una ciudanía comprometida, humanista, disposición de actitudes empáticas.
El repensamiento del sistema educativo supone un compromiso con la ética humanitaria, la transformación social, reducción de las estructuras excluyentes.
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